Relaciones Venezuela-Nepal (1987-2006)


Nepal es un país asiático sin litoral, que cuenta con algo más de 140 mil kilómetros de extensión y que está rodeado por los territorios de India por el sur, el este y el oeste y de China por el norte, lo que ha determinado una compleja relación de dependencia con los vecinos, en función del acceso de su comercio exterior. Para finales del 2004 contaba con una población de algo menos de 27 millones de personas, de la cual casi el 90% son practicantes del hinduísmo, que en ese caso tiene una más que amable, evidentemente armónica relación de sincretismo con el budismo, que es la segunda religión en importancia, seguida por el Islam y el cristianismo, de las que existen exiguas minorías. Desde 1768, fecha en que uno de los resultados de la guerra entre clanes fue la unificación nacional en torno al Valle de Katmandú, que en la actualidad es la capital de la Nación, se convirtió en una monarquía absoluta que se conservó como tal, incluso bajo la égida de la corona británica, cuya colonización empezó en 1814 y duró hasta 1948, cuando se considera logró su independencia. A partir de allí, con un primer rey propuesto por la India, se han sucedido una serie de gobiernos reales y derrocamientos de los mismos, que pretendiendo ser una monarquía parlamentaria, intermitentemente han permitido o no la existencia de partidos políticos, andando y desandando los caminos de una muy particular democracia.

Sin embargo, pese a sus inestabilidades internas, para 1975 el país tenía una política estratégica internacional que se caracterizaba por la conciencia de la necesidad de la cooperación entre los países del Sur y de la paz y el desarme mundial de las potencias nucleares. En función de ello, fue una de las naciones fundadoras tanto del Grupo de los 77 como del Movimiento de los No Alineados. En ese sentido y con la idea, por una parte de incidir en la propia pacificación y en la de la altamente sensible zona en la que se encuentra, y por la otra, de servir como un instrumento de la paz del mundo en general, Nepal elaboró un documento que fue presentado ante la XXXVIII Asamblea General de la ONU (No. 4), en el cual se postulaba como Zona de Paz, logrando de ahí en adelante el apoyo de una cantidad importante de países, entre los cuales estaban 15 de América Latina. Con ese mismo fin, en 1987 el Representante Permanente de la Misión nepalesa ante la ONU hacía llegar al Embajador de Venezuela ante ese organismo, una comunicación en la cual explicaba las razones para solicitar su designación como Zona de Paz, acompañada de la solicitud para que Venezuela apoyara la aprobación de dicha resolución. De esas conversaciones surgió el compromiso para establecer relaciones diplomáticas entre los dos países.

Como antecedentes de las relaciones entre Nepal y Venezuela, encontramos dos documentos que dan cuenta, tanto de la lejanía como del conocimiento pero escaso interés de Venezuela por Nepal y al contrario. En 1950 el Embajador de Venezuela en Japón informaba sobre la visita de sus majestades los reyes de Nepal a esa nación y en 1964 el Delegado Permanente de Venezuela ante los Organismos de las Naciones Unidas en GINEBRA se dirigía al Ministro de Relaciones Exteriores a fin de hacer de su conocimiento que el Secretario General de la Unión de Organismos Internacionales de Turismo había solicitado ayuda para la realización de una Feria de Turismo ese año en Katmandú, es de suponer que a propósito de coadyuvar en la ayuda del desarrollo de esa industria en Nepal.

Pero es el 27 de abril de 1987, que mediante comunicado conjunto de las dos Cancillerías, se da inicio a las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Nepal. Con ese fin, el 25 de enero de 1989 el Embajador de Nepal ante las Naciones Unidas, el señor Jai Pratap Rana presentó ante el Gobierno de Venezuela sus cartas credenciales como Embajador del Reino de Nepal. De la misma forma, el 15 de febrero de 1990, el señor Jorge Bracho presentaba sus credenciales ante el Rey de Nepal, como primer Embajador Plenipotenciario de Venezuela, con sede en la India. En esa misma fecha, el Embajador Bracho hizo llegar al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela un informe sobre la situación en Nepal, después de haberse entrevistado con varias personalidades, tanto del Gobierno nepalés como del mundo diplomático representado en dicho país en ese momento.

Según las informaciones que logró recopilar Bracho, la economía de ese país, de base fundamentalmente agrícola, cuenta con formidables recursos hídricos, ya que se encuentra situado en la mismísima hoya hidrográfica de los Himalayas, razón por la cual es considerado el país con mayores reservas hidrotérmicas del mundo. En ese sentido, para Nepal era sumamente conveniente en ese momento que Venezuela tuviera la disposición para establecer acuerdos bilaterales de colaboración en torno a su experiencia en el manejo de recursos hidroeléctricos, lo cual seguramente habría tenido incidencia en el desarrollo de una de las potencialidades productivas más importantes de ese país, que en última instancia habría contribuido a la elevación del nivel de vida de sus ciudadanos.

En segundo lugar, es de destacar que la cualidad de importador de energía fósil refinada hace estragos en la balanza de pagos de ese país, ya que produce que la erogación por importaciones sea un poco más de dos veces mayor que el ingreso obtenido por exportaciones. Es por esa razón, que en algunos círculos de la política nepalí se manejaba la idea de atraer recursos económicos y tecnológicos para la construcción de una refinería de petróleo, que pudiera atender la demanda de productos, tanto de ese país como de algunas regiones aledañas de India y de China. Sin embargo, según el informe venezolano, había ineludibles consideraciones que manejar, relativas a la geografía, pues el transporte que permite el ingreso del crudo al país es solo posible a través de territorio indio, debido a que la frontera con China está compuesta por una cadena montañosa prácticamente infranqueable, lo que hace que cualquier negociación en ese sentido sea virtualmente dependiente de la política india hacia el Reino de Nepal.

En tercer lugar, Nepal tenía necesidades urgentes que resolver en el área de la salud, que todavía en la actualidad están vigentes. Un ejemplo de ello es la Leshmaniasis, que es una enfermedad endémica en ese país y que tiene en Venezuela un amplio camino recorrido al respecto, expresado en el desarrollo de su cura y total erradicación del territorio nacional. Así, Nepal estaba interesado en establecer convenios en dicho sentido, ya que la salud y la bajísima tasa de expectativa de vida eran y siguen siendo problemas de altísima sensibilidad en uno de los países más pobres del mundo, que tenía aún para el 2005, un producto interno bruto anual per cápita de 1.500 dólares.

Entre Venezuela y Nepal nunca se ha firmado tratado o acuerdo alguno y ni siquiera el primero llegó a apoyar la moción de resolución para declarar a Nepal como Zona de Paz. Sin embargo, el 2 de abril de 1993 se concedió el beneplácito a la designación de Jarayac Acharya como Embajador del Reino de Nepal en Venezuela, en sustitución del primer representante diplomático ante la República; de la misma manera como el 30 de noviembre de 1993 se designó a Jocelyn Henríquez de King, como Embajadora concurrente de Venezuela en India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka.

Ahora bien, con siete de los picos más altos del mundo dentro de su territorio, incluido el Everest, además de paisajes montañosos de inigualable belleza y una cantidad importante de construcciones religiosas de singular hermosura, las posibilidades para el desarrollo del turismo son inmensas en esa nación asiática. Es por esto, que Nepal en los últimos veinte años se ha dedicado a explotar su potencial turístico, dejando de lado sus intenciones de cooperación con Países del Sur y sobre todo con aquellos tan lejanos como Venezuela. En contraposición, se ha profundizado su relación con países desarrollados como Estados Unidos, Gran Bretaña e India, que lo han asistido económica y militarmente, en un esfuerzo por conjurar el estado de guerra en que se halla sumida esa nación y como parte de lo que esas potencias llaman su “campaña mundial contra el terrorismo”. Eso se ha aunado al hecho de que, como contraparte de esas ayudas recibidas, el país asiático ha tenido que colaborar como aliado de la nación norteamericana en los últimos conflictos armados en que se ha implicado esta última, contraviniendo su aspiración de convertirse en Zona de Paz.

En este momento, como a través de la historia de las relaciones diplomáticas entre Nepal y Venezuela, el Embajador venezolano en India es concurrente en Nepal.

Caracas, 2006.